¿Qué tipos de hipotecas existen?
Sabemos que a la hora de comprar una vivienda, una de las decisiones más importantes que se deben tomar es elegir el tipo de hipoteca que mejor se adapte a las preferencias personales y situación financiera. En el mercado actual, existen tres tipos de hipotecas diferentes: fija, variable o mixta.
Entender las diferencias entre cada una es importante para poder tomar una decisión informada y asegurar que la opción elegida te permita gestionar tus finanzas de manera óptima a largo plazo. Desde Homes by Gestilar, te explicamos las ventajas y desventajas de los diferentes tipos de hipotecas, para ayudarte a elegir la que mejor se adapte a tu perfil.

¿Cuáles son los 3 tipos de hipotecas?
Existen tres tipos príncipes de hipotecas que se pueden contratar, cada una con características diferentes en cuanto a la forma en que se calculan los intereses.
- Hipoteca fija
En este tipo de hipoteca, el tipo de interés se mantiene constante durante toda la vida del préstamo. Esto significa que las cuotas mensuales también son fijas, lo que proporciona saber exactamente cuánto vas a pagar cada mes.
- Hipoteca variable
En una hipoteca variable, el tipo de interés se ajusta periódicamente en función de un índice de referencia, como el Euríbor. Las cuotas mensuales pueden variar dependiendo de las fluctuaciones de este índice, lo que puede resultar en pagos más bajos cuando los tipos de interés son bajos, pero también en pagos más altos si los tipos suben.
- Hipoteca mixta
Este tipo de hipoteca combina la hipoteca fija y variable. Normalmente, en los primeros años se aplica un tipo de interés fijo, y, después de un período determinado, se cambia a un tipo de interés variable.
¿Qué es el TIN y el TAE?
El TIN y el TAE son dos conceptos que debes conocer si estás pensando en solicitar un préstamo, especialmente en los diferentes tipos de hipotecas. Estos dos términos indican el coste del dinero prestado o la rentabilidad de una inversión.
- TIN (Tipo de Interés Nominal): Es el precio que pagamos por el préstamo, es decir, el dinero que debemos pagar al banco a cambio del dinero que nos ha dejado (aparte de devolver el capital).
Ejemplo: Si un préstamo tiene un TIN del 3% anual, significa que por cada 100€ euros prestados, se pagarán 3 euros de interés al año.
- TAE (Tasa anual equivalente): Es todo el dinero que pagaremos por el capital que nos han prestado.
Ejemplo: Si un préstamo tiene un TIN del 3%, pero incluye comisiones y otros gastos, la TAE podría ser del 4%, lo que refleja el coste total del préstamo a lo largo del año.
¿Qué es mejor, tasa mixta o fija?
La elección entre una tasa mixta o fija depende de tus preferencias personales, tu situación financiera y tus expectativas sobre los tipos de interés en el futuro. Los tres tipos de hipotecas tienen ventajas y desventajas, por lo que la “mejor opción” dependerá de lo que tú busques en términos de estabilidad y flexibilidad.

Hipoteca fija
Ventajas
- El tipo de interés se mantiene igual durante toda la vida del préstamo, lo que significa que las cuotas mensuales no cambian.
- Si los tipos de interés suben en el futuro, tu tasa fija no cambiará, lo que protege de aumentos en el coste del préstamo.
Desventajas
- Normalmente, los tipos de hipotecas con tasa fija suelen tener un tipo de interés inicial más alto en comparación con las hipotecas variables.
- Si los tipos de interés bajan, seguirás pagando la misma tasa alta que acordaste al principio, lo que puede no ser tan favorable.
Hipoteca variable
Ventajas
- En general, las hipotecas variables suelen empezar con un tipo de interés más bajo que las hipotecas fijas.
- En general, los tipos de hipotecas variables suelen empezar con un tipo de interés más bajo que las hipotecas fijas.
Desventajas
- La principal desventaja de los tipos de hipotecas variables es la fluctuación de las cuotas. Como el tipo de interés depende del Euríbor, las cuotas pueden aumentar si los tipos de interés suben.
- Dificultad para prever los costes a largo plazo.
Hipoteca mixta
Ventajas
- Los tipos de hipotecas con tasa mixta suelen empezar con un tipo de interés fijo durante un período determinado (por ejemplo, los primeros 5 o 10 años), después de lo cual se convierten en un tipo variable. Esto permite disfrutar de la estabilidad inicial que ofrece el tipo fijo y, luego, si los tipos de interés bajan, beneficiarse de la flexibilidad de la tasa variable.
- Si el período es corto, el tipo de interés inicial podría ser más bajo que el de una hipoteca completamente fija, lo que hace que los pagos mensuales al principio sean más bajos.
Desventajas
- Cuando los tipos de hipotecas pasan a ser variables, existe el riesgo de que los tipos de interés suban, lo que podría incrementar los pagos mensuales.
- Dependiendo de cómo se estructure el contrato, los términos de transición de fijo a variable pueden ser complicados y variar según el banco.